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Algunos objetos que atesoramos a lo largo de los años nos dan tal fascinación que merece la pena lucirlos. Sácalos del cajón y elévalos a la categoría de colección con una puesta en escena digna de un museo.
Conchas, lupas, abanicos, espejos, botellas… hay un mundo infinito de tesoros para coleccionar. El único límite lo marcará su propia belleza y la composición que forme junto el resto de los elementos. Porque sí, las estanterías ahora son el elemento primordial a la hora de presumir nuestros tesoros.
Conchas, lupas, abanicos, espejos, botellas… hay un mundo infinito de tesoros para coleccionar. El único límite lo marcará su propia belleza y la composición que forme junto el resto de los elementos. Porque sí, las estanterías ahora son el elemento primordial a la hora de presumir nuestros tesoros.
